Rompiendo el Ciclo de los Pensamientos Ruminativos: Conectando con el cuerpo para recuperar el equilibrio
¿Te encuentras atrapado en pensamientos rumiativos que no paran de dar vueltas?. El estrés crónico activa el sistema nervioso, dificultando la gestión emocional. Para romper este ciclo, es fundamental reconectar con el cuerpo y activar el nervio vago ventral. En este artículo, descubrirás ejercicios prácticos como la respiración diafragmática, el movimiento consciente y la estimulación sensorial para reducir la ansiedad y recuperar el bienestar.
Marina Garay
2/27/20253 min read


¿Te encuentras atrapado en pensamientos ruminativos que no paran de dar vueltas?
A menudo, nos encontramos en un bucle mental, tratando de resolverlo todo, pero el constante pensar solo aumenta la tensión y el estrés. Este estado de hiperactividad mental no solo afecta nuestro bienestar emocional, sino que también impacta físicamente en nuestro cuerpo, generando síntomas como tensión muscular, fatiga y dificultad para concentrarnos.
El sistema nervioso autónomo se activa en respuesta a las amenazas, poniéndonos en estado de alerta. Sin embargo, permanecer en este estado de estrés crónico genera más tensión en el cuerpo y hace que la gestión emocional se vuelva cada vez más difícil. Es un círculo vicioso donde la mente sobreanaliza y el cuerpo sufre las consecuencias.
Para romper este ciclo, es esencial conectar con nuestro cuerpo. Dejar de pensar tanto y empezar a sentir más es la clave para recuperar el equilibrio. A través de la respiración consciente y otras técnicas, podemos activar el nervio vago ventral, que nos ayuda a relajarnos, restaurar nuestra calma y mejorar nuestro bienestar general.
¿Por qué nos quedamos atrapados en pensamientos rumiantes?
Los pensamientos rumiantes son aquellos que se repiten una y otra vez en nuestra mente, generalmente centrados en preocupaciones, errores pasados o problemas sin resolver. Estas son algunas de las razones por las que pueden aparecer:
🔹 Miedo a la incertidumbre: La mente intenta anticipar y controlar posibles amenazas futuras.
🔹 Patrones aprendidos: Desde la infancia, podemos haber desarrollado la tendencia a sobrepensar como un mecanismo de autoprotección.
🔹 Estados de estrés crónico: El sistema nervioso en estado de alerta perpetúa la hiperactividad mental.
🔹 Desconexión corporal: Cuando no estamos en contacto con nuestras sensaciones físicas, nuestra mente compensa con más pensamientos.
Si bien pensar es una habilidad esencial, el problema surge cuando el pensamiento se vuelve repetitivo y disfuncional, impidiéndonos encontrar soluciones reales y generando más ansiedad.
Cómo romper el ciclo del pensamiento rumiativo
Para salir de este bucle mental, es necesario equilibrar el sistema nervioso y redirigir nuestra atención hacia el cuerpo. Estas son algunas estrategias efectivas:
1. Respiración diafragmática
Siéntate o acuéstate en un lugar cómodo. Coloca una mano sobre tu abdomen y la otra sobre tu pecho. Inhala profundamente por la nariz, asegurándote de que el aire se mueva hacia tu abdomen (no hacia tu pecho). Siente cómo se eleva tu abdomen y luego exhala lentamente por la boca. Hazlo durante 5-10 minutos para activar el nervio vago y calmar tu sistema nervioso.
2. Cantando o tarareando
El nervio vago se activa cuando vibramos a través de la voz. Cantar o tararear tu canción favorita no solo eleva el ánimo, sino que también ayuda a inducir un estado de relajación y bienestar.
3. Ejercicio físico moderado
Movimientos suaves y controlados, como los que se hacen en una sesión de yoga o una caminata rítmica, ayudan a equilibrar la respiración y promover la relajación. La actividad física activa el sistema parasimpático y reduce la hiperactividad mental.
4. Masajes suaves en el cuello
Coloca las yemas de los dedos sobre la base de tu cuello y masajea suavemente en círculos. Este tipo de estimulación en la zona del nervio vago puede ayudar a reducir la tensión y activar el sistema parasimpático, promoviendo la calma.
5. Mirar a los ojos de alguien en un entorno seguro
El contacto visual genuino, especialmente en momentos tranquilos con personas en las que confiamos, puede ayudar a activar el nervio vago ventral y generar una sensación de seguridad emocional.
6. Sumergir el rostro en agua fría
El reflejo de inmersión del nervio vago puede activarse al sumergir el rostro en agua fría durante unos segundos. Esto ayuda a reducir la respuesta de estrés y promueve un estado de relajación inmediata.
Beneficios de activar el nervio vago ventral
Cuando activamos el nervio vago ventral de manera consciente, podemos notar mejoras significativas en nuestro bienestar:
✔️ Reducción del estrés y la ansiedad.
✔️ Mayor sensación de calma y seguridad.
✔️ Mejora en la digestión y regulación del sistema nervioso.
✔️ Mejor calidad del sueño.
✔️ Mayor conexión con el presente y con nuestras emociones.
Conclusión
Los pensamientos rumiativos pueden atraparnos en un ciclo de preocupación y estrés crónico, afectando nuestro bienestar físico y emocional. Para salir de este estado, es fundamental redirigir nuestra atención al cuerpo y activar el sistema nervioso parasimpático a través de técnicas como la respiración diafragmática, el movimiento consciente y la estimulación del nervio vago ventral.
Menos pensamiento, más conexión con el cuerpo es la clave para recuperar el equilibrio. Pequeños cambios diarios pueden marcar una gran diferencia en cómo gestionamos el estrés y nuestras emociones. Practicar estas técnicas regularmente te permitirá salir del bucle de pensamientos repetitivos y recuperar tu bienestar emocional.